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La respiración bucal puede afectar al desarrollo bucodental de los niños

El Consejo General de Dentistas recomienda a los padres que detecten que su hijo respira por la boca que los lleven a una revisión odontológica

Los problemas bucodentales en los niños son unas de las principales causas de absentismo escolar. Por eso, desde el Consejo General de Dentistas se recomienda acudir a una revisión odontológica para diagnosticar precozmente cualquier problema de salud oral y solucionarlo a tiempo. El dentista, además de tratar caries, traumatismos dentales y maloclusiones, también detecta otras afecciones que pueden requerir tratamiento, como la respiración bucal, un hábito que puede tener consecuencias para la salud bucodental y general de los niños.

Entre ellos, cambios en el rostro. “Respirar por la boca altera el crecimiento y desarrollo de los maxilares”, recuerda el Consejo de Dentistas. La respiración bucal está relacionada con la mordida abierta, el paladar estrecho y la mandíbula retraída. Otra de las consecuencias pueden ser los dientes mal alineados. La respiración oral puede afectar a la posición de los dientes, que pueden torcerse y apiñarse, lo que dificulta la higiene y aumenta el riesgo de caries y enfermedades de las encías. Otro de los efectos son los problemas de mordida. La organización colegial indica que los niños que respiran por la boca a menudo tienen problemas mandibulares que les generan dificultades para morder y masticar los alimentos de manera eficaz.

Otra de las consecuencias es la deshidratación oral, ya que la respiración bucal provoca sequedad en la boca y disminuye la producción de saliva, creando una propensión a padecer caries, mal aliento y acumulación de bacterias. También hablan sobre el ronquido y tos nocturna, puesto que al no respirar por la nariz, cuando el niño se tumba le resulta difícil respirar y tener un sueño reparador. Otros efectos son la apnea del sueño, que impide una buena oxigenación y descansar correctamente, la irritabilidad, falta de atención y cansancio y, finalmente, la otitis de repetición y baja audición.

La respiración bucal puede tener consecuencias como cambios en el rostro por la alteración del crecimiento de los maxilares, mordida abierta, dientes mal alineados, deshidratación oral y apnea del sueño

Una respiración anómala

Que un niño respire por la boca puede deberse a varias causas, como rinitis alérgica, sinusitis, desviación del tabique nasal, infecciones respiratorias, vegetaciones o amígdalas demasiado grandes, e hipotonía muscular. La respiración nasal tiene una función de defensa. Cuando el aire entra por la nariz, los vellos nasales lo filtran y detienen la entrada al organismo de partículas de polvo, virus, bacterias y hongos. Además, las fosas nasales calientan y humidifican el aire, evitando que entre demasiado frío, y se estimula la producción de ácido nítrico, sustancia que facilita la distribución y la absorción de oxígeno por los pulmones.

En la respiración bucal no se produce ninguna de estas funciones. Respirar por la boca conlleva inspirar un aire más contaminado, no atemperado y seco. Por lo tanto, si se observa que el niño respira de esta forma, hay que consultar al dentista y al médico para que lo evalúen e indiquen el tratamiento adecuado para solucionar el problema y evitar sus consecuencias”, explica el Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas.

Dr. Castro: “Si se observa que el niño respira de esta forma, hay que consultar al dentista y al médico para que lo evalúen e indiquen el tratamiento adecuado”

En este sentido, el Dr. Castro recuerda que el 70% de los menores de 4 años en nuestro país nunca ha ido al dentista. “Muchos padres piensan erróneamente que como los dientes temporales se van a caer no tienen ninguna importancia, pero cumplen funciones determinantes: mantienen el espacio para los dientes permanentes, permiten una correcta masticación y fonación y dan autoestima al niño. Una mala salud de los dientes temporales es un factor de riesgo para los futuros dientes permanentes. Por lo tanto, retrasar la primera visita al dentista hasta los 2 o 3 años tiene un impacto negativo en el estado bucodental del menor”, concluye.

Fuente: https://isanidad.com/258605/la-respiracion-bucal-puede-afectar-al-desarrollo-bucodental-de-los-ninos/

El estado de la lengua puede reflejar enfermedades como la anemia y problemas hepáticos

Los dentistas advierten de que el estado de la lengua puede reflejar enfermedades como la anemia y problemas hepáticos

Según indican, la observación de la lengua puede ser una herramienta complementaria útil en el diagnóstico de ciertas enfermedades y trastornos.

El Consejo General de Dentistas ha advertido de que el estado de la lengua les permite sospechar de distintas enfermedades en los pacientes, tales como la anemia, patologías fúngicas, autoinmunes y problemas hepáticos, entre otras. La lengua es un órgano fundamentalmente muscular muy vascularizado que desempeña varios roles y funciones vitales en el cuerpo humano. Y aunque, en general, no se le dé demasiada importancia, es esencial para diversas funciones como la fonación y la comunicación, la masticación, deglución, la percepción del sabor, y la limpieza y lubricación bucal.

Así, una lengua pálida puede ser indicio de anemia, que se caracteriza por una disminución de los glóbulos rojos o la falta de hierro en el organismo. En cambio, las infecciones fúngicas, como la candidiasis oral, pueden producir una capa blanca en la lengua y las membranas mucosas.

Los problemas hepáticos pueden desencadenar ictericia, un trastorno caracterizado por un tono amarillento en la piel, los ojos y, en ocasiones, de la lengua. Por otro lado, algunas enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso sistémico o la enfermedad de Behçet, pueden dar lugar a la aparición de úlceras y llagas en la lengua.

La falta de vitaminas A, B2 y C suele causar con una inflamación de la lengua.

Además, la falta de vitaminas A, B2 y C suele causar con una inflamación de la lengua (glositis). Un déficit de vitaminas, el estrés o los cambios hormonales pueden provocar la aparición de grietas en dicho órgano, lo que se denomina lengua geográfica. Con todo, si la lengua está enrojecida, inflamada o lisa puede ser un síntoma de deficiencia de vitamina B12, una condición que afecta a la producción de glóbulos rojos y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso.

Por otro lado, con las patologías cardiacas y problemas de circulación la lengua adquiere una pigmentación color púrpura. Con las enfermedades del aparato digestivo, dicho órgano adquiere un tono grisáceo debido a las úlceras o el reflujo.

Algunas infecciones bacterianas, como la escarlatina o la sífilis, pueden causar cambios en la lengua, como una apariencia “fresa” o llagas dolorosas. Asimismo, el excesivo consumo de tabaco, alcohol, café y té negro pueden provocar una afección denominada “lengua vellosa”, que se caracteriza por el color negruzco y la aparición de vello en la misma, pero que desaparece al suprimir el consumo de estos productos.

El Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, insiste en la importancia de mantener la lengua en buen estado.

El presidente del Consejo General de Dentistas, el Dr. Óscar Castro Reino, insiste en la importancia de mantener la lengua en buen estado. “Es necesaria una higiene bucal adecuada. Además de cepillar los dientes, hay que limpiar la superficie de la lengua para eliminar las bacterias y los restos de alimentos que se acumulan en ella. Para ello, se recomienda usar un raspador lingual o un cepillo específico para la lengua, diseñados para eliminar las bacterias y residuos de alimentos que pueden acumularse en la lengua”, ha recordado.

Otro consejo es eliminar los factores irritantes como los dientes rotos, las coronas o prótesis mal ajustadas, y evitar el consumo de tabaco y alcohol. Asimismo, una dieta equilibrada y rica en frutas y verduras permitirá evitar el déficit de vitaminas que afectan negativamente a la lengua. “En conclusión, la observación de la lengua puede ser una herramienta complementaria útil en el diagnóstico de ciertas enfermedades y trastornos. Ante cualquier alteración o cambio inusual en la lengua, se recomienda acudir al dentista para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados”, ha finalizado.

Fuente: https://isanidad.com/257159/los-dentistas-advierten-de-que-el-estado-de-la-lengua-puede-reflejar-enfermedades-como-la-anemia-y-problemas-hepaticos/

Se asocia la mala salud dental con una disminución del volumen cerebral

Un estudio publicado en la revista Neurology sugiere que cuidar bien los dientes puede relacionarse con una mejor salud cerebral

Una mala salud dental puede relacionarse con una disminución del volumen cerebral. Así lo sugiere un estudio publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología. Los investigadores puntualizan que estos resultados no prueban que la enfermedad de las encías o la pérdida de dientes causen la enfermedad de Alzheimer, sino que sólo muestra una asociación. El estudio descubrió que la enfermedad de las encías y la pérdida de dientes estaban relacionadas con el encogimiento cerebral en el hipocampo, que desempeña un papel en la memoria y la enfermedad de Alzheimer.

La pérdida de dientes y la enfermedad de las encías, que es una inflamación del tejido que rodea los dientes que puede causar la contracción de las encías y el aflojamiento de los dientes, son muy comunes, por lo que la evaluación de un posible vínculo con la demencia es increíblemente importante, afirma Satoshi Yamaguchi, de la Universidad de Tohoku (Japón) y autor del estudio. “Nuestro estudio descubrió que estas afecciones pueden desempeñar un papel en la salud del área cerebral que controla el pensamiento y la memoria, dando a la gente otra razón para cuidar mejor sus dientes“.

En el estudio participaron 172 personas con una edad media de 67 años que no tenían problemas de memoria al inicio del estudio. Los participantes se sometieron a exámenes dentales y a pruebas de memoria al inicio del estudio. También se les realizaron escáneres cerebrales para medir el volumen del hipocampo al inicio del estudio y de nuevo cuatro años después. Los investigadores contaron el número de dientes de cada participante y comprobaron la presencia de enfermedades de las encías mediante la profundidad de sondaje periodontal, una medida del tejido de las encías. Las lecturas saludables oscilan entre uno y tres milímetros.

El estudio descubrió que la enfermedad de las encías y la pérdida de dientes estaban relacionadas con el encogimiento cerebral en el hipocampo, que desempeña un papel en la memoria y la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad periodontal leve implica profundidades de sondaje de tres o cuatro milímetros en varias zonas, mientras que la enfermedad periodontal grave implica profundidades de sondaje de cinco o seis milímetros en varias zonas, así como una mayor pérdida ósea, y puede provocar que los dientes se aflojen y acaben cayéndose. Los investigadores descubrieron que el número de dientes y la cantidad de enfermedad de las encías estaban relacionados con cambios en el hipocampo izquierdo del cerebro.

En el caso de las personas con enfermedad periodontal leve, tener menos dientes se asociaba a un ritmo más rápido de encogimiento cerebral en el hipocampo izquierdo. Sin embargo, en el caso de las personas con enfermedad periodontal grave, tener más dientes se asociaba a un ritmo más rápido de contracción cerebral en la misma zona del cerebro.

Una vez ajustada la edad, los investigadores descubrieron que, en el caso de las personas con enfermedad periodontal leve, el aumento de la tasa de encogimiento cerebral debido a un diente menos equivalía a casi un año de envejecimiento cerebral. Por el contrario, para las personas con enfermedad periodontal grave, el aumento del encogimiento cerebral debido a un diente más equivalía a 1,3 años de envejecimiento cerebral.

En las personas con enfermedad periodontal leve, tener menos dientes se asociaba a un ritmo más rápido de encogimiento cerebral en el hipocampo izquierdo

Estos resultados ponen de relieve la importancia de preservar la salud de los dientes y no sólo de conservarlos. Los hallazgos sugieren que conservar los dientes con enfermedad grave de las encías está asociado con la atrofia cerebral. Controlar la progresión de la enfermedad de las encías mediante visitas regulares al dentista es crucial, y los dientes con enfermedad grave de las encías pueden necesitar ser extraídos y sustituidos por prótesis adecuadas”, afirma Yamaguchi. Finalmente, señala que se necesitan estudios futuros con grupos más amplios de personas.

Fuente: https://isanidad.com/255296/asocian-la-mala-salud-dental-con-una-disminucion-del-volumen-cerebral/

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